La cantidad de adultos obesos continúa aumentando
El informe, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., también halló que entre 2007 y 2009, la cantidad de estados de los EE. UU. en los que al menos 30 por ciento de la población adulta era obesa se había triplicado de tres a nueve. Hace diez años, ningún estado tenía una prevalencia de obesidad de 30 por ciento o más, según el nuevo informe.
«Durante las últimas décadas, la obesidad ha aumentado más rápidamente de lo que cualquiera hubiera podido imaginar», señaló durante una conferencia de prensa el martes a medio día el Dr. Thomas R. Frieden, director de los CDC. «La obesidad se ha duplicado en los adultos y se ha triplicado en los niños. Necesitamos esfuerzos intensivos y continuos para enfrentar la obesidad o más gente enfermará y morirá por las complicaciones de la obesidad, como enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, diabetes y cáncer».
Aunque la meta federal de Healthy People 2000 era alcanzar un índice de obesidad de 15 por ciento o menos, ninguno de los 50 estados logró esa meta, anotó Frieden.
Según el informe, 2.4 millones de adultos estadounidenses más han informado que se han hecho obesos desde la última encuesta de ese tipo en 2007.
Según los investigadores, además, los costos médicos anuales relacionados con la obesidad han aumentado a $147 mil millones en 2008. Según cálculos de los CDC, la atención de un estadounidense obeso ahora cuesta $1,429 más al año que para una persona de peso normal.
Los datos del informe provienen del Sistema de vigilancia de factores de riesgo conductuales, que contiene datos de salud pública a nivel estatal. En una encuesta telefónica, se preguntó a unos 400,000 adultos sobre su estatura y su peso, información que los investigadores usaron entonces para calcular el índice de masa corporal (IMC).
La obesidad se define como un IMC de 30 o más. Por ejemplo, una mujer de 1.63 m (5 pies y 4 pulgadas) que pesa 79 kg (174 libras) o más, o un hombre de 1.78 m (5 pies y 10 pulgadas) que pesa 95 kg (209 libras) o más, tendría un IMC de 30.
Según los investigadores, los nuevos datos podrían continuar subestimando el nivel real de obesidad en el país. Según el equipo, esto se debe a que muchos hombres y mujeres dicen con frecuencia que son más altos de lo que son o que pesan menos, sobre todo en las encuestas en que ellos mismos proporcionan la información.
Debido a esto, el cálculo de 26.7 por ciento de adultos obesos es inferior al cálculo nacional de 2007 a 2008 de 33.9 por ciento, cerca de 73 millones de personas. Según el Dr. William Dietz, director de la División de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de los CDC, el cálculo posterior (más elevado) provino de la Encuesta Nacional de Examen de la Salud y la Nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey), en la que los investigadores realmente midieron la estatura y el peso de los participantes.
Según este nuevo informe, la obesidad está afectando algunos segmentos de la población con más intensidad que a otros. El estudio halló que los negros tienen los índices más elevados de obesidad adulta en 36.8 por ciento en general, mientras que 41.9 por ciento de las mujeres negras ahora son obesas.
Según el informe, entre los hispanos, el índice de obesidad es de 30.7 por ciento, y entre los blancos de 25.2 por ciento.
La educación también puede tener que ver. El informe halló que cerca de la tercera parte (32.9 por ciento) de la gente que no se graduó de la secundaria ahora es obesa.
La ubicación también parece tener que ver. En el sur, 28.4 por ciento de los adultos son obesos, mientras que en el centro del país, el índice es de 28.2 por ciento. En el noroeste, el índice es de 24.3 por ciento y en el oeste es de 24.4 por ciento.
A algunos estados parece irles peor que a otros. Aunque poco menos de 19 por ciento de los adultos de Colorado son obesos, la cifra aumenta a 34.4 por ciento para los adultos de Misisipi. Solo Colorado y el Distrito de Columbia tenían índices de obesidad de menos de 20 por ciento.
Entre las iniciativas necesarias para combatir la epidemia de obesidad, según Frieden, se encuentran las siguientes:
* Aumento de la actividad física.
* Aumento de la lactancia
* Aumento en el consumo de frutas y verduras.
* Reducción del tiempo de televisión y computadora.
* Reducción de la ingesta de alimentos ricos en calorías, sobre todo las bebidas azucaradas.
«La obesidad es un problema de la sociedad y exigirá respuesta de la sociedad», señaló Frieden.
Samantha Heller, dietista, nutricionista y fisióloga del ejercicio, aseguró que la naturaleza de esa respuesta no está clara.
«Sabemos que tenemos un problema de obesidad en los EE. UU. La pregunta que frustra a los profesionales de la salud es qué hacer al respecto», dijo.
La educación en salud sigue siendo un elemento crítico del cambio conductual. Hacer de los alimentos saludables más asequibles y disponibles, crear espacios verdes para recreación al aire libre y programas comunitarios para apoyar a la gente que necesita asesoría en salud y nutrición son piezas claves del rompecabezas, aseguró Heller.
«Sin embargo, es un reto hallar financiación para programas de este tipo. Con esta economía, la gente se está cuidando la billetera y no puede invertir dinero en lo que considera nutrición costosa o asesoría en salud. Lamentablemente, a medida que cerramos más la billetera, nos estamos abriendo más el cinturón para acomodarnos la barriga», comentó Heller.
A la gente no le gusta particularmente tener exceso de peso, agregó.
«En mi experiencia, la gente quiere sentirse bien y ser saludable, pero no sabe dónde encontrar ayuda», aseguró Heller.
FUENTES: HealthDay