Mala alimentación en niños causante de futuros problemas cardíacos
«Las anomalías metabólicas sugieren que el proceso de desarrollar enfermedad cardiaca ya ha comenzado en estos niños, lo que hace crítico que introduzcan cambios en la dieta y el estilo de vida», aseguró en un comunicado de prensa emitido por la American Heart Association el Dr. Ashutosh Lal, autor principal del estudio y hematólogo pediatra del Hospital Infantil y Centro de Investigación Oakland de California.
Los hallazgos debían presentarse el martes en las sesiones científicas de la American Heart Association en Atlanta.
Los investigadores compararon las dietas de 33 jóvenes obesos de entre once y 19 años con las de otros 19 del mismo grupo de edad que tenían peso normal. La categoría de peso de los participantes se determinó utilizando el índice de masa corporal, una proporción entre el peso y la estatura de una persona.
Los investigadores examinaron también los resultados de pruebas de sangre de cada uno de los participantes, que recibían atención médica en una clínica del centro de Oakland. Las dos terceras partes de los participantes de cada grupo eran de sexo femenino y los grupos eran racialmente diversos.
Los investigadores encontraron que los adolescentes obesos mostraron señales de inflamación, resistencia a la insulina (precursora de la diabetes) y tensión oxidativa (que puede conducir a daño en los vasos sanguíneos).
«Al examinar las cifras, usted puede pensar que estos niños podrían sentirse enfermos, pero no era así», comentó Lal. «Aparentemente se sentían bien, pero es mucho lo que hay debajo de esta superficie».
Los problemas podrían relacionarse con dietas malas bajas en frutas y verduras, fibras y lácteos. Los investigadores hallaron que los adolescentes de ambos grupos no recibían nutrición adecuada porque no consumían suficientes de estos tipos de alimentos, aunque los adolescentes obesos en particular consumían menos lácteos y menos porciones de fruta.
Los autores del estudio indicaron que se halló que el potasio y las vitaminas A, C y D, que se encuentran en productos lácteos fortificados, así como en frutas y verduras de colores intensos, estaban ausentes en las dietas de los niños obesos.
«Los adolescentes obesos consumían muy pocas fuentes naturales de antioxidantes, frutas y verduras, y podrían tener mayor necesidad de antioxidantes por la inflamación relacionada con el exceso [de peso]», agregó Lal. «Por su salud cardiaca, los adolescentes obesos deberían comer mejor, no solo menos».
Los expertos señalan que las investigaciones que se presentan en reuniones no están sometidas al mismo tipo de escrutinio riguroso que las que se publican en revistas médicas revisadas por pares.
Fuente: American Heart Association / HealthDay