La dieta DASH reduce el riesgo de ataque cardiaco
La dieta que examinaron, llamada dieta DASH (por las siglas en inglés de método dietético para detener la hipertensión) se diseñó para reducir la presión arterial y el colesterol. En este nuevo estudio, redujo el riesgo de ataque cardiaco en casi veinte por ciento, señalaron los investigadores.
«La enfermedad cardiaca es una importante causa de mortalidad y morbilidad en EE. UU.», aseguró la investigadora líder, la Dra. Nisa M. Marathur, profesora asistente de medicina de la Facultad de medicina de la Johns Hopkins. «Por ende, la adopción de la dieta DASH tendría importantes beneficios a escala de salud pública».
La dieta también conlleva la reducción de las grasas, la carne roja, los dulces y las bebidas azucaradas, reemplazándolos con granos integrales, aves, productos lácteos bajos en grasas, pescado y frutos secos. El plan alimentario es recomendado por las Directrices Dietéticas para los Estadounidenses de EE. UU. y la American Heart Association.
Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 31 de agosto de la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, el equipo de Maruthur estudió a 436 personas que tenían hipertensión o prehipertensión y que no tomaban medicamentos para la presión arterial. Los participantes fueron asignados a la dieta DASH; a una dieta estadounidense típica que es baja en minerales importantes y alta en grasas saturadas, grasa total y colesterol; o a una dieta estadounidense con adición de frutas y verduras.
La presión arterial alta o hipertensión es un importante factor de riesgo de la enfermedad cardiaca, el accidente cerebrovascular, la insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal.
Para determinar el riesgo de sufrir un ataque cardiaco en un periodo de diez años, los investigadores utilizaron la ecuación de riesgo del Estudio cardiaco de Framingham.
Tras ocho semanas, los que seguían la dieta DASH, que comían de nueve a once porciones de frutas y verduras al día, habían reducido su riesgo de ataque cardiaco en 18 por ciento, frente a los que comían una dieta estadounidense. También observaron una reducción en sus niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad (el «malo») de alrededor de siete por ciento, y su presión arterial sistólica se redujo en 7 mm Hg.
Aunque los participantes tanto blancos como negros se beneficiaron de la dieta DASH, los negros obtuvieron el mayor beneficio, anotaron los investigadores. Los negros que siguieron la dieta DASH consiguieron un declive en el riesgo cardiaco de 22 por ciento frente a los que seguían una dieta típica, en comparación con ocho por ciento entre los blancos.
Los que comían la dieta estadounidense con adición de frutas y verduras redujeron su riesgo de ataque cardiaco en once por ciento, en comparación con los que se atragantaban con la dieta estadounidense normal.
«El problema con la hipertensión es que realmente se trata de un asesino silencioso, porque no se siente», apuntó Samantha Heller, coordinadora de nutrición clínica del Centro para la Atención del Cáncer del Hospital Griffin en Derby, Connecticut. Millones de personas no tienen idea de que su presión arterial es elevada, y andan por ahí como «bombas de tiempo», advirtió.
Los que saben que son hipertensos no siempre saben que hacer además de tomar fármacos, añadió Heller.
«La buena noticia es que con unos cuantos cambios a la dieta el riesgo de estas enfermedades y sus comorbilidades puede reducirse considerablemente. Por ejemplo, añadir una ensalada o algunas verduras al almuerzo. Comer fruta de postre. Hacer puré de papas con aceite de oliva y leche baja en grasa. Añadir mozzarella bajo en grasa, brócoli, espinaca y hongos a la pizza», sugirió.
«El plan dietético DASH es una buena forma de que la gente intente reducir su presión arterial y mejorar su salud general», aseguró.
Otro experto, el Dr. Gregg C. Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Íngeles, dijo que aunque se ha mostrado que la dieta DASH reduce la presión arterial sistólica y los niveles totales de colesterol, cambiar los factores de riesgo no siempre se traduce en una reducción en la enfermedad cardiaca en sí.
«Por tanto, es esencial considerar la modificación de la dieta y otras formas de modificación del estilo de vida mediante el mismo estándar de excelencia con que se ha considerado las estatinas y las terapias médicas antihipertensivas», apuntó. Lo que se necesita son ensayos prospectivos aleatorios para demostrar una reducción real en los eventos de enfermedad cardiaca coronaria, enfatizó Fonarow.
Fuente: Health Day