Industria y Agricultura acuerdan reducir el contenido de sal en la Industria Alimentaria

Con el objetivo de reducir el contenido de sodio en los grupos de alimentos industrializados, los Ministerios de Salud y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación suscribirán un convenio marco con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) con la finalidad de que la población argentina disminuya el consumo de sal y, de esta manera, se logre incidir sobre uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, una dolencia que representa el 48 por ciento de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, que anualmente causan la muerte de 36 millones de personas en el mundo.

El acuerdo será suscripto mañana a las 11 por los ministros de Salud y Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan Manzur y Julián Dominguez, respectivamente; por el presidente de la COPAL; Daniel Funes de Rioja, y por representantes de empresas del rubro alimentario tales como Arcor, Kraft, Quickfood, La Virginia, Sancor, Unilever, entre otras, como así también las Cámaras de Industriales Lecheros y de Productos Alimenticios, en un acto que tendrá lugar en el Salón Ramón Carrillo de la cartera sanitaria nacional, sito en Avenida 9 de Julio 1925, de esta Capital.

Según proyecciones de la cartera sanitaria nacional, la reducción de 3 gramos de sal en la dieta de toda la población salvaría unas 6.000 vidas anuales y evitaría aproximadamente 60.000 eventos cardiovasculares y ataques cerebrovasculares (ACV) cada año.

Actualmente, en Argentina se estima que el consumo diario de sal por persona asciende a 12 gramos, constituyéndose este hábito en un factor de riesgo significativo para la salud de la población.

El acuerdo establece que el sector industrial de alimentos reducirá de manera voluntaria y progresiva el contenido de sodio en los cuatro grupos de alimentos procesados prioritarios, integrados por los productos cárnicos y sus derivados -entre los que se encuentran chacinados cocidos y secos, y embutidos y no embutidos-; los farináceos como galletitas, panificados y snacks; los lácteos, incluyendo una gran variedad de tipos de quesos; y las sopas, aderezos y conservas.

Las metas de este acuerdo sin precedentes en la región de las Américas fueron fijadas a dos años, y tienen por objetivo promover la reducción del consumo de sal en Argentina a partir de un trabajo mancomunado entre el Estado y la Industria Alimentaria para alcanzar, en 2020, la meta de 5 gramos diarios de consumo promedio de sal por persona, según el valor máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dentro de las estrategias pensadas para combatir este flagelo, el organismo internacional determinó que la reducción de sal en los alimentos procesados es una de las herramientas más costo-efectivas. La intervención del Estado, de manera conjunta y coordinada, con todos los sujetos públicos y privados involucrados en la cadena de producción de alimentos apunta a generar un impacto significativo en la reducción del consumo de sodio, ya que está comprobado que más del 60 por ciento de la sal ingerida por las personas proviene de este tipo de alimentos.

Para lograr este objetivo, desde 2010 la cartera sanitaria nacional viene llevando adelante la iniciativa «Menos Sal, Más Vida», una estrategia que persigue disminuir el consumo de sal de la población para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. La misma trabaja dos ejes fundamentales, la concientización de la sociedad sobre la necesidad de disminuir la incorporación de sal en las comidas, y la firma de acuerdos con la industria alimentaria para lograr la reducción del contenido de sodio de los alimentos procesados.

En este sentido, conjuntamente con la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Ministerio ha desarrollado acciones en las panaderías artesanales para que produzcan pan con menos en sal y sin sal -en base a la medida recomendada-, experiencia que permitió la reducción de un 25 por ciento de sal en el pan elaborado en más de 6.000 panaderías del país.

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