Control de la pubertad en niñas obesas
El CIBERobn, que dirige desde Santiago de Compostela el doctor Felipe Casanueva, abre la posibilidad de nuevas estrategias terapéuticas basadas en la manipulación farmacológica de las kisspeptinas en niños que padecen obesidad, con el objetivo de evitar la aparición precoz de la madurez sexual. Este fenómeno está avalado por publicaciones recientes de grupos europeos y estadounidenses, tales como un informe de la Universidad de Michigan, que revela que las niñas que son obesas a los tres años y que aumentan su peso durante los siguientes tres años, llegan a la pubertad a los nueve.
El equipo coordinado por el profesor Manuel Tena-Sempere, jefe de grupo del CIBERobn y adscrito al Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba, centra sus estudios en esta familia de proteínas que actúan como elementos reguladores clave del eje reproductor. «Esta línea de investigación, desarrollada hasta ahora en modelos animales, constituye la etapa previa a la posible aplicación clínica de las kisspeptinas como posibles blancos terapéuticos para corregir la fertilidad y las alteraciones pubertales del ser humano », ha relatado el profesor.
Tena-Sempere ha explicado que aunque originariamente las kisspeptinas fueron identificadas como supresores de la metástasis tumoral, estudios posteriores constataron que se trata de hormonas producidas en el hipotálamo y en la placenta que juegan un papel fundamental en la función y desarrollo del sistema reproductor. Están, por ello, directamente relacionadas con la regulación de factores clave en el control de la pubertad y la fertilidad, hasta el punto de que la ausencia de kisspeptinas en animales o humanos hace que éstos permanezcan sexualmente inmaduros e infértiles.
Además de participar en el control de la pubertad en obesos, ha proseguido el investigador, su influencia en el eje reproductor permite a las kisspeptinas activar la fertilidad femenina. Su administración en casos de infertilidad favorece la liberación de hormonas que controlan el ciclo menstrual, pudiendo llegar a restablecer la función reproductiva en mujeres con bajos niveles de hormonas sexuales. Ello convierte a estas proteínas en un posible tratamiento contra la infertilidad, al inducir la ovulación de manera mucho menos agresiva que las terapias actuales, ha señalado Tena-Sempere. «Este descubrimiento enfocará las próximas investigaciones sobre las kisspeptinas a buscar la dosis más adecuada que habrá que administrar a una paciente para tratar su infertilidad », ha concluido el experto.
Fuente: Larazon.es