Obesidad y sedentarismo se relacionan con enfermedad diverticular
Así surge del mayor estudio realizado hasta ahora sobre la relación entre el estilo de vida, el peso
Desde los años 70, el único factor de riesgo conocido de la enfermedad diverticular era la falta de fibra en la alimentación, pero ahora se encontró una conexión con el peso y estilo de vida.
El equipo del doctor Fredrik Hjernn, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, realizaron un seguimiento de 40.000 mujeres a las que se había encuestado en 1997 y ahora se les realizó un seguimiento que incluyó el IMC.
En el estudio, 628 mujeres fueron internadas por la enfermedad y 98 de ellas tuvieron complicaciones. A diferencia de las mujeres con un IMC normal (20- 25) las mujeres con sobrepeso (IMC 25- 30) eran un 29 por ciento más propensas a sufrir una crisis por la enfermedad, mientras que las obesas (IMC superior a 30) eran un 33 por ciento más propensas a ser internadas.
También se evaluó la frecuencia y tiempo de ejercitación física, donde se concluyo una relación con un mayor riesgo de hospitalización en las personas pasivas que las activas.
En la mayoría de los casos, la enfermedad diverticular se controla con un aumento del consumo de fibra. Cuando las crisis son muy graves, se puede optar por la cirugía para extirpar la porción intestinal dañada. También, según Hjern, los pacientes con sobrepeso deben adelgazar y hacer ejercicio para tratar de prevenir los síntomas.