La obesidad empeora los efectos nocivos del alcohol sobre el hígado

El riesgo de sufrir cirrosis incrementa un 28% por cada cinco puntos que aumenta el IMC.

Se sabe que el consumo excesivo de alcohol es la causa más común de problemas de hígado como la cirrosis. Sin embargo, por sí solo no explica el incremento de casos de esta enfermedad. Ahora, dos nuevos estudios publicados en la revista ‘British Medical Journal’ afirman que la obesidad también puede producir la muerte del tejido hepático. Y, aún más, la combinación de ambos factores aumenta enormemente las probabilidades de sufrirla.

Utilizando los datos de 1,2 millones de mujeres con una edad media de 56 años (basados en su altura, peso, consumo de alcohol y tabaco e historia médica), los autores del primer trabajo, realizado en la Universidad de Oxford (Reino Unido), examinaron la relación entre el consumo de alcohol, el índice de masa corporal o IMC (que resulta de dividir el peso entre la estatura al cuadrado) y la cirrosis.

La principal autora, Bette Liu, y sus colegas encontraron que «el riesgo de sufrir esta dolencia incrementaba un 28% por cada cinco puntos que aumentaba el índice de masa corporal, a partir de un valor inicial de 22,5».
Factores modificables

La cuestión es: ¿Qué porcentaje de cirrosis se atribuye a factores modificables? Según los autores, durante el estudio, «el 42% de los ingresos hospitalarios y las muertes por esta afección se debieron a la ingesta de alcohol y el 17% al exceso de peso».

La combinación de obesidad y un consumo mínimo de 150 gramos de alcohol (equivalente a 18 vasos de vino de 100 ml.) por semana se asocia con un riesgo cinco veces mayor de sufrir cirrosis, que el observado entre mujeres obesas que beben menos de 70 gramos cada siete días.

En el segundo estudio, realizado en las universidades de Glasgow y Bristol (Reino Unido), un equipo de investigadores, liderado por Carole Hart, evaluó, durante 29 años, los efectos del índice de masa corporal y el consumo de alcohol en más de 9.000 hombres escoceses.

Al igual que los autores del primer estudio, constataron que ambos factores estaban relacionados con los problemas del hígado y, lo que es más importante, observaron que la combinación de un alto índice de masa corporal y un elevado uso de alcohol era más perjudicial que ambos factores por separado.

Por ejemplo, los hombres obesos que consumían 15 o más unidades (vasos de vino de 100 ml. o cervezas de 200 ml.) a la semana contaron con el mayor riesgo: casi 19 veces más que aquéllos que no bebían y mantenían un peso normal.
Límites seguros

A tenor de estos resultados, los autores sugieren que «sería necesario definir cuáles son los límites seguros de alcohol para quienes tienen sobrepeso o son obesos . También son necesarios más esfuerzos de prevención, para estimular la práctica de ejercicio, por ejemplo».

Ambos trabajos concluyen que, «desde una perspectiva de salud pública, habría que establecer estrategias para reducir ambos factores y, por lo tanto, la incidencia de esta enfermedad, ya que, en el presente, son las únicas armas que tenemos».

En un editorial que acompaña ambas investigaciones, el profesor Christopher Byrne, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), y Sara Wild, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), apuntan que deberían realizarse «nuevas investigaciones que se centren en mejorar el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de hígado graso no alcohólica».

Fuente: Elmundo.es

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