La dieta tiene mínimos efectos protectores frente al cáncer
«Este trabajo confirma con rotundidad los hallazgos de otros estudios prospectivos que señalaban que los ensayos clínicos caso-control fueron demasiado optimistas y que la asociación entre la ingesta de fruta y verdura y el riesgo de cáncer es, en el mejor de los casos, débil».
Así de contundente se expresa Walter Willett, del departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos), en un editorial que acompaña al trabajo. Estos resultados echan por tierra la extendida creencia de que el consumo de frutas y verduras protege frente al cáncer, idea que ha dado origen a multitud de campañas para promover el consumo de estos alimentos.
Las conclusiones de este estudio (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), tomadas con cautela por los propios autores, emanan del análisis de la información nutricional procedente de 400.000 hombres y mujeres, que fueron seguidos durante una media de nueve años. En ese periodo, se diagnosticaron 30.000 casos de cáncer. Los participantes eran oriundos de varios países europeos (Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Reino Unido y España).
Después de eliminar los posibles factores de confusión, los investigadores, procedentes de la Escuela de Medicina Monte Sinaí (Nueva York, Estados Unidos) detectaron una asociación inversa estadísticamente significativa: una incidencia de todo tipo de cáncer un 4% inferior vinculada con un incremento al día de 200 gramos en el consumo diario de frutas y verduras.
Esto, sin embargo, «no excluye la posibilidad de que un grupo de estos alimentos, uno sólo de ellos o alguna sustancia específica tenga un importante efecto protector», matiza Willet en su artículo. Tampoco que su consumo en ciertas etapas de la vida sí que muestre estos potenciales beneficios.
Pero, «incluso si asumimos que esta débil asociación observada en este estudio representa un efecto protector real de frutas y verduras, la pregunta de si un efecto de esa magnitud debería desencadenar intervenciones clínicas o de salud pública seguiría en el aire», añade Willett.
En su opinión, mientras que promocionar el consumo de frutas y verduras sí es una estrategia esencial en prevención cardiovascular y en la reducción de la mortalidad global, de momento y con la información de que disponemos, la lucha contra el cáncer debe centrarse en «reducir el tabaquismo y la obesidad».
Fuente: elmundo.es